martes, 28 de agosto de 2012

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Catarsis


Catarsis

Sin proponérselo, miraba cada día el listado de pacientes por si estaba su nombre.

Sin una explicación aparente, ella sentía que necesitaba acudir a su consulta. Cuando tenía lugar el encuentro fingían una total indiferencia. El tiempo pasaba, el desasosiego se apoderaba de ellos, la perplejidad parecía una pelota de pin pon, el surrealismo se incrustó en sus vidas con pleno derecho, a veces se adivinaban rasgos de comedia. Una noche de luna llena sacó a pasear a su insomnio, las calles estaban desiertas. Cuando se dio cuenta estaba ante su puerta, aquella columna de granito parecía estar puesta allí a propósito, sacó el spray y, a modo de catarsis, escribió “Te quiero”.

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