13:54 -
No comments
El juego
Desde mi ventana se podía contemplar
aquel escenario al completo. En él se vivían cada noche situaciones insólitas.
No me cabía la menor duda de que aquellas personas se divertían de modo
diferente a mi idea de pasarlo bien. Utilizaban objetos que a mí se me
antojaban dolorosos y poco apropiados para el placer. A pesar de todo, yo, cada
noche acudía a aquel punto de mira como si de una promesa se tratara. En
aquella ocasión el juego parecía aún más macabro. Uno de sus componentes, el
que menos había despertado mi curiosidad, portaba un largo cuchillo. Lejos de
tomar la decisión de alejarme, continué pegada al cristal como si una fuerza
centrífuga me atrapase. Las pulsaciones se me duplicaron en cuestión de
segundos. El cuchillo dirigido por una mano recubierta con cuero negro, se
hundía una y otra vez en un cuerpo aparentemente complaciente. En mi esófago
los últimos alimentos ingeridos libraban una ardua carrera por salir al
exterior. La visión se me iba y volvía, pero la curiosidad pudo más y no cerré
los ojos.
0 comentarios:
Publicar un comentario